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viernes, 27 de julio de 2012

EL SENTIMIENTO


Louis-Claude de Saint Martín se acerco a conocer a Swedenborg en su momento y quedo decepcionado. De ahí que luego encontró las obras de quien consideraría su maestro en el tiempo Jacob Boehme.

Que es lo que ve Saint-Martin en Swedenborg, pues una obra mental, fría, religiosa y tan irreal como el trabajo de un soñador.
Pues bien, Saint-Martin, luego de su gran iniciación el la orden de Martines de Pasqualis se sintió vació de algo mas profundo y se entrego al sentimiento que lo lleva a su intuición de experimentar una realización profunda la cual, es el sistema de su obra.

¿A donde voy con todo esto?
Voy a intentar señalar algo muy importante.

La profundidad del ser humano es sentimiento.

No se puede comenzar ningún camino de trascendencia
sin un sentimiento que despierte la intuición de la búsqueda de esa trascendencia.

La cual, es un amor, un deseo, una aspiración
que pone en marcha el hambre de reencontrar la propia totalidad.

Y disculpen los budistas si he dicho la mas terrible palabra deseo je je.
Si, un deseo de trascenderse, un hambre, una sed, un amor.

Si no se despierta ese núcleo de donde parte ese sentimiento
y no se sigue la guía interna, entonces:
¿Como podríamos imantar una verdad?

Me he corrido hace tiempo de las tradiciones luciferianas y budistas
por considerarlas inflacionarias para la mente en detrimento
de nuestro núcleo.
(Engordan tanto la mente que la criatura cree haber llegado a la realizacion cuando en verdad esta viviendo un sueño) 
Y, a decir verdad creo que es ese núcleo, nuestro centro,
lo que conduce al Ser, no nuestra mente.

Un sentimiento capas de fijar por amor nuestra voluntad en lo superior y lo profundo que magnetiza de lo superior el rayo descendente capas de transformar a la criatura.

¿Acaso la criatura puede acceder a un estado superior por si misma?
La criatura es limitada.

Mas allá de la conciencia que poseemos sea esta regular, deficitaria o bien lograda, repito, mas allá de ella, en un lado muy interno, somos sentimiento.
Y es muy posible, que eso en realidad sea lo único que seamos
ya que todo lo demás nos fue prestado.

Ese sentimiento al darnos cuenta de nuestra limitación genera
la necesidad de completarnos y alcanzar armonía.
Tan solo queda encontrar donde fijar ese deseo mas allá de lo perecedero.
Y ahí se despierta la comprensión porque vemos
y al ver, nos damos cuenta.


Diría en otros términos un sentimiento capas de adherirnos 
a lo que trasciende la muerte, y no quedar fijados en burbujas de manifestación, ni muertos ni vivos.

El núcleo que manifiesta al Ser, es un sentir.

Cuando ese sentimiento y la conciencia interactuan con sobriedad
la acción se vuelve también asertiva.
Eso es impecabilidad. 

Alex

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