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domingo, 20 de julio de 2014

Genii loci.


En la oscura cuna descansa como un niño inocente, velado a la visión de la insidia profana, el fuego secreto.
Palindromos y anagramas, hogazas de pan y huevos de Pascua, y de rosca de Reyes, dentro de los cuales ocultos con pneuma yacen los ángeles vistos por Blake, en caras visiones y sonetos de Milton al paraíso perdido, que al zumbido de abejas desata un sueño donde el cuerpo se eleva a mundo de las visiones y Basilio responde como Platon en su banquete.
El maitre se dispone a amasar la miel y la pasta para hacer su pan entre estiércol como escarabajo sagrado que dentro del cual deja su simiente incubando en las galias antes que el gallo cante tres veces.

Cadena Áurea que el mismo Orfeo portaba en las cuerdas de su lira como tonos ocultos hechizando a las ninfas del lago de los sabios, mientras el pez de oro oculto debajo cae en la red del artesano.
Gibberish pronunciaba en Praga en la casita del precipicio, el dueño del sombrero, refiriéndose a Jabir ibn Hayyan, y a su libro oculto entre capas de ceniza al lado de la chimenea de su cálido atanor.

Genii loci, y feericas aladas, cambian de forma entre las flores del pantano y los arboles de la floresta y que en un momento son comadrejas en otro luciérnagas (y hasta solo una voz en lo oscuro), revolotean sobre en vaso enterrado en su nido, traspasando en vidrio y cobrando nueva vida dentro del pequeño universo que el sabio crea oculto en el galpón del fondo de su casa, mientras su mujer suspira por un paseo luego de la siesta por la plaza del pueblo a la sombra de los arboles.
Al salir del galpón traza con un punzón de plata sobre una corteza de abedul el sigilo tal como esta en el desteñido grimorio árabe, y pronuncia las palabras como mantra hindú que llaman a djinn y a el lo encadenan y así se detuvo durante media hora, escondiendo luego la corteza dentro de un hueco del tronco de un árbol, y se dispuso a ir con su mujer a la plaza.

Alex

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