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viernes, 22 de agosto de 2014

NEBULOSA:


La iglesia casi neo-gótica aunque mas sobria y humilde, en lo alto de la loma de la plaza con sus fieles y los artesanos vendiendo, y en la calle al costado, un tupido jardín umbrío al anochecer.
¡Dios! Había olvidado ya esos aromas de jardines de casonas y recuerdos de infancia, cuando los edificios terminaron sepultándolos en inframundos progresistas. El poder de evocación de los aromas y el todo nahual del niño que aflora en sentimientos fuera de tiempo aislados como señales de un viaje hacia todo y al mismo tiempo, nada.
Y yo solo caminando al bar por una porción de tarta y un vaso de vino.

Aquí desde la nebulosa de los perdidos se ve todo aquello desaparecido en el tiempo y bajo cierta extrañeza uno se pregunta ¿Que carajo hago yo acá también perdido? Pero esta un tanto cómodo, un tanto reflexivo.
La agitación afuera me causa cierto autismo, paso todo el tiempo entre desastre y desastre con indiferencia, ya como un fantasma del olvido.

Lugares comunes, de vez en cuando hay que barrerlos, pintarlos, adornarlos. 
A mi personalmente me gusta demolerlos.

Todavía recuerdo el día que mi psiquiatra me cita junto a mi psicóloga, la medica saca un arma de su bolso y le dispara en la cabeza a la psicóloga, luego me mira y me dice: --"ganaste"-- y se pega un tiro en la boca.
--La puta --me dije-- Y yo que ya me había encariñado:

Muchos sueñan al ver barcos en los puertos
sueñan con viajes, sueñan con destinos,
y sin embargo viajar es perderse,
evadir puertos, ser prisioneros de las olas
Llegar es partir, y partir es llegar
no hay donde ir, tan solo andar.

Si porque decís esto, si porque decís aquello, pero entre palo y palo ya no ando entre identificaciones. Me saco toda camiseta y ando en cuero aunque refresque porque, la huesuda es la única que nos tiene agarrados a todos, y solo anda con sus harapos negros incluso los días de fiesta. Vaya que al menos le concedo un brindis por descarada y triunfadora, si hasta al diablo lo tiene de los huevos. 
No se puede esquematizarlo todo, seria como hablar sobre plomeria y tendido eléctrico en un libro de poesía. 
Si, en definitiva, me quedo siempre con la poesía.

Sonidos de encierro entre danzas de arco iris relampaguantes y flashes de leds. Dosis de sinapsis mas allá de sinapsis. Y sin embargo lo único que cuenta es aquello que de algún modo es el bagaje indeleble, astillas que hacen de la memoria un sentir, recuerdos en medio de la tormenta.
Eterna tormenta del tiempo que ruges y a su vez trinas con la voz mas dulce que se pueda oír. ¿Quien es el pasajero del viaje?

Si por que elijo caminar sobre la cuerda floja sobre la ciudad de la furia.
Tal vez para no ser parte de esa furia, o bien para estar entre dos abismos. 
En uno predomina la gravedad y en el otro lo sublime. Entre ambos deambulo, al punto de no ver distinciones entre uno y otro.
Quizá ese ya sea mi propio abismo.
En mi eso es la identidad, no podría verlo de otro modo.

Alex.

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